La Villa de Santa Brígida sigue siendo una de las pocas
localidades de la isla de Gran Canaria en donde
sobrevive la vieja tradición de celebrar la fiesta de los
finados: los muertos tienen aquí su fiesta en una noche
olorosa, mágica y nostálgica, entre castañas asadas, nueces y anís.
Una herencia que nos entregaron nuestros predecesores y que lucha, incansable, contra otros ritos modernos importados del mundo anglosajón, como el Hallowen, que nada tiene que ver con la entrañable y respetuosa velada de la que disfrutaban nuestros antepasados, cuya festividad sigue siendo hoy parte esencial de la geografía humana y de la etnografía, cálida y viviente, de Gran Canaria.
La Muerte y Los Finados en Santa Brígida
Pedro Socorro. Cronista Oficial villa de Santa Brígida
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